miércoles, 25 de diciembre de 2013

NIÑO DE OJOS LINDOS


Si estás leyendo esto quiere decir que ya lo sabes todo. Bueno todo lo que puedes saber. No tengo explicaciones ni motivos, ni causa alguna para que las cosas estén así. Tal vez lo único que podría explicarlo es lo que tú eres!

Al principio, solamente creí encontrar a un niño bonito, pero con el pasar de los tiempos fui descubriendo a un gran hombre, con unos ojos que sin necesidad de que pronuncies una palabra son capaces de mostrar la grandeza de su alma.

No tengo nada que pueda ofrecerte y ni siquiera podría pedirte algo. Solo quiero que sepas que de alguna manera lograste hacer lo que la vida no había podido en unos cuantos años. Te metiste en mis pensamientos al punto que necesité que lo supieras! No busco nada, y aun así hay muchas cosas que me gustaría conocer… pero no estoy en condición para hablar sobre ese tema.

Todo lo que puedo decir es que sin importar lo malo, o fuera de lugar que puedan parecer las cosas, sería un tonto si quisiera ocultarlo. Me gustas mucho y aunque quería que el mundo no lo supiera, lo notó. Sé que me entiendes cuando trato de mantenerlo en secreto porque así no lo reconozcas pienso que lo ideal para ti seria que nada de esto estuviera pasando. Y se que también piensas así...

A veces siento que en tu mundo no cabría una persona como yo, así las circunstancias fueran otras. Pero si así fuera, valdría la pena intentarlo… pero las cosas son como deben ser!

Puede que de verdad este loco, pero me gusta tenerte rondando en mis pensamientos. Sin intenciones oscuras ni claras, sin ninguna pretensión pero con muchos pensamientos, con la plena seguridad de saber que no fue algo que estuviese buscando hoy te digo que…

…Más veces de las que te has dado cuenta, mi cabeza se me va volando a buscarte. Sin saber que me espera, pero sin esperarlo estoy a tu lado. No estoy pidiendo ni ofreciendo nada, solo quiero permanecer allí mientras sea posible.

Estoy seguro, que en algún momento vas a encontrar a un alguien que vea lo que yo veo en ti… ojala que ese alguien pueda hacértelo saber, no como yo, solo con palabras sino haciéndote feliz con sus actos, estando cerca a donde estas que creo que es lo mas fastidioso que pasa ahora....

Niño de ojos lindos, mantente a salvo. Lejos de las apariencias que llegan con los años. Mantente alegre, sonriente, con esa dedicación que te caracteriza y lo más importante no dejes de ser tú. No es necesario correr para llegar más lejos, lo mejor del camino es caminar con la certeza de que los pasos dados van en la dirección correcta. Seguramente tendrás a alguien que te acompañe… me gustaría ser ese alguien pero eso no solo depende de mi.

Sin embargo, y con el respeto que mi mundo me merece te puedo decir que voy a estar ahí.

Te mando un abrazo, un beso, un pensamiento y un anhelo que jamás dejaran de ser clandestinos… Pero no por eso dejan de ser verdaderos y de llevar en cada uno de ellos el recuerdo de lo que tú, el niño de los ojos lindos, me hiciste sentir de nuevo.  

martes, 17 de diciembre de 2013

CLOSET VS VISIBLES



NUNCA HE TOCADO ESTE TEMA EN MI BLOG ... PERO CREO QUE HA LLEGADO EL MOMENTO...


Un ejemplo de cómo funciona el poder se encuentra en el discurso de la homofobia, que no puede ser refutado por medio de argumentos racionales puesto que no es reductible a un conjunto de proposiciones con un contenido de verdad determinable que pueda ser analizado racionalmente. Los discursos homofóbicos no tienen un contenido de proposiciones estable; están compuestos de un número potencialmente infinito de afirmaciones diferentes pero intercambiables, de tal forma que, cuando una afirmación es refutada o descalificada, otra puede sustituirla, incluso con un contenido opuesto a la primera, para en cualquier caso incidir de la misma manera en su objetivo (“gays no”). Los discursos homofóbicos son incoherentes, pero esta característica, lejos de incapacitarlos, los hace más poderosos. De hecho, operan estratégicamente por medio de contradicciones lógicas, las cuales, a la hora de proceder a un debate riguroso sobre las mismas, producen una serie de callejones sin salida cuya función es- de manera incoherente pero efectiva y sistemática- perjudicar la vida de lesbianas y gays.

Para David Halperin (1952- ), investigador de Michel Foucault (1926-1984), nada comunica de un modo más elocuente la idea de que el poder está en todas partes que la experiencia del closet (armario). Se dice que alguien está en el armario cuando se esfuerza para que su orientación homosexual no sea detectada públicamente. El closet es el lugar de una contradicción imposible, porque cuando sales es al mismo tiempo demasiado pronto (“¿por qué tienes que decirnos esto como si nos importara?”) y demasiado tarde (“si hubieras sido honesto, habrías salido antes”).

Lo que Eve Kosofsky Sedgwick (1950-2009) ha llamado “la epistemología del armario” es la mejor ilustración del fenómeno del closet como producto de complejas relaciones de poder. La única razón para estar en el armario es protegerse de las formas diversas y virulentas de descalificación social que uno sufriría si se conociera públicamente su orientación sexual. Quedarse en el armario, ocultar la homosexualidad, implica someterse al imperativo social impuesto a los gays. Aunque brinde a sus ocupantes una serie de posibilidades, no es posible pensar en el closet como una experiencia de libertad. Entre otras cosas porque a quién beneficia el closet es al régimen heteronormativo que no quiere que los gays sean visibles (si no hay visibilidad, los gays no podrán hacer reconocer sus derechos, y la homosexualidad seguirá contemplándose como algo depravado y oscuro). Y además nunca se puede estar seguro de haber logrado mantener tu homosexualidad en secreto; el peligro de que los otros te descubran es constante. Después de todo, no puedes saber si las personas te tratan como a cualquier otro porque los has engañado efectivamente y no sospechan que eres gay, o porque te siguen el juego y gozan del privilegio epistemológico de saber que no sabes lo que ellos saben, y se niegan entonces a renunciar a tal privilegio e insisten en que tu sexualidad sea un secreto al que tienen ellos un acceso especial, un secreto que se descubre ante su mirada lúcida y superior, con el privilegio además de saber más que aquel del que se reconoce que lo que teme más que nada en el mundo es que puedan saberlo. El homosexual se halla, en cualquier caso, ante la experiencia de salir o no del armario, en una situación de inferioridad.
A la inversa, cuando la persona homosexual insiste en afirmar su orientación sexual, el heterosexual, que no necesita hacerlo, goza de un privilegio más, porque puede fingir que no le interesa, que no comprende por qué es necesario decirlo, etc. “Es tu sexualidad, es algo privado”. Es lo que Kosofsky Sedwick llama “the privilege of unkwnowing”, es decir, la facultad no ya de ignorar sino de hacer como si no tuviera que saber nada. Ésta es una estrategia de lo heternormativo porque cuando el homosexual dice que lo es, el heterosexual está motivado entonces a pensarse él mismo como heterosexual, mientras que hasta entonces no tenía que plantearse cuestión alguna sobre su identidad ni sobre el orden social que la ha instituido. Por eso el heterosexual puede indignarse cuando el homosexual hace un ejercicio de visibilidad de su orientación sexual, y considerar que los gays están siempre “luciéndose”, provocándose, excediéndose; el homosexual mejor que sea objeto del discurso, porque se vuelve inaguantable cuando pretende convertirse en sujeto. Porque sufre la amenaza de perder su privilegio, aunque sea parcialmente y durante sólo un momento, el heterosexual convencido del régimen heteronormativo que lo ha constituido, reclama a los gays que reasuman la discreción, o sea, que vuelvan a la invisibilidad y al secreto para recobrar ellos una normalidad que ha descansado siempre gracias al silencio de los demás.
Salir del armario es, además, exponerse a un conjunto diferente de constreñimientos, convertirse en una pantalla sobre la que el pensamiento heteronormativo proyecta todas las fantasías que tiene sobre las lesbianas y los gays, y padecer además el hecho de que cada gesto, frase, expresión u opinión sean marcados de modo irrevocable por las atribuciones acerca de los gays y lesbianas.
Es una paradoja insuperable: el homosexual que decide visibilizar su orientación sexual se expone al comentario condescendiente y a veces al desaire, y el que prefiere callarse se coloca en una situación falsa y dependiente. Al primero se le lee la cartilla. Del segundo se burlan. La asimetría permanece intacta: el heterosexual tiene siempre un privilegio con respecto al homosexual. Es el heterosexual quien decide la actitud que se adopta y el sentido que dará a los gestos y a las palabras del homosexual; es él quien tiene siempre un punto de vista sobre lo que deberían hacer o no hacer los homosexuales, ser o no ser, decir o no decir; está en una posición de dominación “epistemológica”, porque tiene entre las manos las condiciones de producción, de circulación y de interpretación de lo que puede decirse de esta marica o bollera en concreto y de los homosexuales en general.
Hay que recalcar además que “salir del armario” no es un acto que pueda hacerse de una vez sólo y en un momento dado. El homosexual que quiera ser visible como tal deberá salir constantemente del armario. Didier Eribon (1953- ) habla del coming out como una conversión perpetua, prorrogada continuamente: “El coming out, en el fondo, es el proyecto de toda una vida: porque siempre se plantea la cuestión de saber dónde, cuándo y ante quién es posible no ocultar lo que se es. La necesidad de elegir reaparece en cada nueva situación de la existencia: para un docente que se encuentra ante una nueva clase, para toda lesbiana ante un nuevo médico, un nuevo entorno profesional, ante un taxista que acaba de proferir comentarios homófonos. (…). Sin duda no hay ninguna lesbiana o ningún gay, por abiertos que sean, que un día u otro no hayan transigido con la cuestión del “armario”; por eso la “salida del armario” no es un gesto único y unívoco: es a la vez un punto de partida y una especie de “ideal regulador” que orienta las conductas pero que nunca puede alcanzarse. La estructura del armario es de tal naturaleza que nunca se está simplemente dentro o fuera, sino siempre dentro y fuera al mismo tiempo, más o menos fuera o más o menos dentro, según los casos y las evoluciones personales. No se está nunca del todo dentro porque, el “armario” siempre puede convertirse en un “secreto público”, y siempre hay al menos una persona que sabe y de la que se sabe o se sospecha que sabe. No se está nunca completamente fuera porque siempre surge, en un momento u otro, la obligación de silenciar lo que se es. Por consiguiente, la decisión de no seguir ocultándose y de asumirlo no es, en realidad, sino el comienzo de un proceso interminable, hablando con propiedad, en el sentido en que Freud hablaba de psicoanálisis interminable”.

Conviene señalar que no nos desembarazamos del poder y de la homofobia una vez que hemos salido del armario. Si al salir del armario uno se libera de un estado de opresión, no es porque este acto nos haga escapar de las redes del poder para habitar un lugar fuera del poder. Pero el hecho de que el homosexual afirme públicamente su orientación sexual permite poner en juego un conjunto distinto de relaciones de poder y altera la dinámica de las luchas sociales y políticas. Es por esto por lo que la visibilización de las personas homosexuales debería de estar delineada como principal condición de resistencia en pro de la reversibilidad de los juegos de poder. Sin embargo Todas las personas son libres de decidir cuando y como es que salen del armario... eso ni que decirse y esa decisión es personal, nadie tiene por mas visible sea tiene que inducir o influenciar y mucho menos obligar a una persona a volverse visible.

domingo, 1 de diciembre de 2013

AMOR...


El universo es una perversa inmensidad hecha de ausencia. Uno no está en casi ninguna parte. Sinembargo, en medio de las infinitas desolaciones hay una buena noticia: el Amor. Siempre he tomado ese rumbo cuando he querido encontrar respuestas. Eso si, ya no confundo el amor con la dicha. Al contrario: A veces pienso que amor y pena son una misma cosa. Especialmente en esta ciudad en la que me ha tocado vivir, que es también la ciudad de la Amistad pero aunque quizás no lo crean también del desencuentro. Las historias amorosas que me han tocado vivir son casi siempre tristes. Esto no basta para afirmar que todos mis romances fueron desdichados: sucede –tal vez– que el arte necesita nostalgia. No se podría ser artista si no se ha perdido algo y es más cierto ahora. Al menos eso es lo que siento y pienso... Algunas personas que se han dado el tiempo de leer mi blog hasta me han dicho que soy la versión hombre de Adele y yo solo he sonreido largamente....


Los poemas de amor satisfecho aparecen como una payasada de comerciantes afortunados. Por eso hay muchos poetas que andan en busca del desengaño, porque piensan que cerca de él andaba el verso perfecto. Casi todos quedaban en la mitad del camino. Yo veo las cosas de un modo más complicado. Admito que la pena de amor conduce al arte. Pero también sostengo que el propósito final del arte es el amor. La recompensa del artista es ser amado. Algunos muchachos sin vocación artística trataban de merecer a otra persona cultivando las ciencias, la bondad, el coraje, la riqueza o la extorsión. Los autores de axiomas extrajeron de estas realidades una conclusión modesta: si no fuera por el amor, nadie haría gran cosa. Las muchachas y los muchachos beligerantes podían objetar que estos pensamientos parecen reservados a la conducta masculina. Pues yo creo que las mujeres hacían también de ellas mismas un hecho artístico.


Ahora si, sin divagaciones: siempre he querido con gravedad y temor, con una lealtad que raya en lo incomprensible. En cierto modo porque no poseo el cínico aplomo que da el demasiado trato con las personas. Y tampoco la audacia irreverente de los donjuanes. Las manifestaciones visibles de lo que he estado sintiendo, debes saberlo, han sido modestas. Creo recordar una mano tierna sobre mi mejilla, otras muy agresivas en otras partes de mi cuerpo hahahaha, una blanca y vivaz vecindad frente a una ensalada de frutas y una frase, tan solo una, la primera: “Falta color en tu vida”. En algún punto de estos meses perdí el rastro de lo que sentía, abrumado por tormentos emocionales de los cuales he estado tratando de escapar. Sin embargo, el sentimiento siguió intacto y apartado del resto, tal vez para no mezclarlo con los demás y crear un cóctel explosivo que pudiera haberme exterminado. Entonces, tuve que rehacerme como hombre y viví formidables gestas amorosas y no amorosas. Esta tarde, estando a la espera de definir por primera vez mi futuro, sé que ha llegado el momento de decirlo todo.

Cuando miro hacia atrás y recuerdo cuán profundas, interesantes y despreocupadas eran nuestras conversaciones, me brota una sonrisa en el rostro. Toda la alegría y el asombro de estar hablando de todo y más, como si nos conociéramos de toda la vida, sin tapujos ni mentiras. Cuánto ha cambiado mi vida desde entonces. He salido con otras personas y debo creer que nuestras vidas han tomado distintas direcciones. Aún después de todo este tiempo, tú me hiciste recordar quien soy realmente y lo que siento por ti. He tenido que admitirlo finalmente. Te deje de Amar.

Tú no tienes que decir nada o hacer nada. Yo sólo quise hacerte saber que no importa qué pase de ahora en adelante, yo atesoraré siempre un lugar especial para ti en mi vida. Es verdad. Es mejor haberte conocido de esta rara forma, que jamás haber tenido esa dicha. Yo estoy feliz de haberte conocido, porque siempre imaginé que tú sabías que yo era un sacerdote para ti, alguien que puede rendirte culto y adorarte para siempre. Tu error: estar muy seguro de lo que yo sentía por ti.

Ahora.... Hasta los corazones más destrozados son capaces de decir que dieron un consejo limpio y sin malicia a ese que los dejó así cuando se atrevieron a entregarlos de vuelta a sus dueñas o dueños...

¿No crees también que el haberle mentido a tu corazón no tiene algo de culpa? ¿Por qué le mentiste a él aceptando algo que no deseabas, y ella?, y el? el o ella también podría haberse dado cuenta.. además, no se trata de que busques o no sufrir.. es que hay algo externo que lo está produciendo, y tú sabes qué es...

Yo nunca pedí que te arrepientas de nada.. porque eso sólo implica querer olvidar un momento de tu vida que bien te ayuda a crecer, te hace feliz o, pues, te hunde.. y eso le quita lo interesante a la vida y ni que decir la posibilidad de conocer cuántas sonrisas puedes dar y cuántas lágrimas eres capaz de derramar..

Sabes algo, yo siempre pensé que cuando alguien te hacía algo malo, debías vengarte.. pero con el tiempo entendí que sólo buscas eso cuando la otra persona no te importa y eres capaz de dejarla pasar.. porque cuando ocurre lo contrario, el daño nunca parece tan grande y perdonas todo, quizá tú querido lector estés en la segunda situación.. sabiendo que puedes sufrir, pero que aún no ha sido suficiente como para mandar a volar a esa persona.. ¿Ahora entiendes por qué se puede perdonar el pecado de las personas a quienes quieres? ¿Por qué cuando le haces mal a alguien que te quiere es solo una herida en el cuerpo y no en el alma?

Los corazones cobardes no existen.. somos los seres humanos los que le adherimos ese error a ellos... no dejes que te hagan sentir menos o que mereces que te pasen esas cosas para aprender una lección que ni conoces.. solo deja que las cosas fluyan, que las decisiones las tome un río que piense tan claro como podrías hacerlo tú...

Y Bueno hace poco, vi como un par de muchachos caminaban juntos, saltaban, jugaban, se sentaban uno al lado del otro, bailaban y expresaban su amor libremente - me sentí feliz en ese instante -, Miré dentro de sus ojos y vi muchas cosas. Comenzaron a sucederse imágenes, una tras otra, sin un orden cronológico. Algunas habían sucedido en la realidad, y otras, las había imaginado con tanta fuerza, que parecían reales.

Miré dentro de sus ojos y se confundió todo: el presente, el pasado, el futuro, lo real, lo ficticio, el sueño y la vigilia. Me perdí en sus pupilas y me di cuenta de que llevaba desde siempre esperando un momento así. Puedo decir que creo que encontré algo hace muchos años, pero lo perdí sin querer y ahora, pues ahora si lo encontraría de nuevo ... ahora no lo soltaría. Pero bueno... mientras tanto te esperaré con una paciencia oriental. Haré todo lo que sigo haciendo calmadamente. Si aparecieras sabría entender tus risas y tus tropiezos. Tiraría de tus manos para ponerte en pie. Me quedaría arriba, abajo, de lado o haciendo el pino. Me da igual con tal de no volverte a perder. y hablo de una persona nueva, aclaro esto por que no quiero que se confundan las cosas...

¿Qué es lo que ha cambiado ahora? Pues es algo raro de explicar, Solo los miraba caminar, y ver su amor puro y real, por un momento sentí nostalgia por que también soy así cuando estoy con alguien, nose... quizás tengo ganas de emparejarme nuevamente...

Pero por otro lado pienso que no ha cambiado nada. De hecho todo sigue igual. Sólo hay una variación: nos queda menos tiempo que antes. Y ese tiempo, lo quisiera pasar con alguien. Se que en esta parte pensarán ... Ron esta apurado por emparejarse pero no es así, se que eso llega solo y no se presiona sino se espera!

Y bueno miré dentro de sus ojos y supe que se amaban. Y, sentía que en sus ojos se escribía un -para siempre- Si! en sus ojos y yo me sentía feliz por que ellos lo son!.

Por ahora se que cuando decidas volver a mí Oh querido Amor que aun no existes…quedamos. Estoy aquí mismo.
Esperándote. como siempre :)

- Inspirado en Johrdan y Lois -
Los quiero chicos!

¿Y QUERÍAS?


Solía escuchar con atención cada palabra que decías; aunque muchas vacías y sin importancia. Solía quitar el cabello de tu rostro; pero siempre dejaba uno en tus labios, a propósito; sólo porque me gustaba como te veías así. Solía decirte todo el tiempo lo bien que te veías. Solía apoyar mi cabeza suavemente sobre tu terso brazo cuando estabas ocupado escribiendo algo, porque me gustaba lo suave que es tu piel. Solía besarte jugetonamente en la mejilla cuando te sentías mal; porque nadie más lo hacía (o al menos eso creía)

¿Y querías alguien dulce?

Cuando estaba cerca de ti, mis amigos y amigas solían mirarme con rabia. Cuando te alejabas; con lástima. Cuando me ponía de pie, alguien susurraba a mi oído las cosas más horribles de ti. Cuando daba un paso, sentía como tus pretendientes soñaban conmigo muerto. Cuando llegaba a mi asiento, mi propia conciencia empezaba a decirme que debía alejarme de ti. Cuando abría mi word pad, encontraba centenares de anotaciones que no recordaba haber hecho; todas decían que no debía caer en tu trampa. Cuando me cubría el rostro para pensar; algo imposible bajo el ataque de todos los que me rodeaban, decidía una vez más, igual que cada día, que debía darte... darnos.. una última oportunidad... una última más..., sin importar con cuantos tuviera que pelear; a cuantos tuviera que ignorar; cuantos amigos tendría que traicionar, sólo con la esperanza de estar contigo.

¿Y querías alguien fuerte?

Un día viniste a mí emocionado, porque alguien acababa de decirte que te amaba en francés. ¡Ja!
No sé si te lo mencioné; pero aprendí a decirte lo que siento en más de seis idiomas, mi favorito, en latín. Te lo dije una vez; respondiste que no entendías ni una palabra. Lo escribí para ti. Seguías sin entender. Te dije lo que era, palabra por palabra, y arruinaste la magia. Probablemente ya no lo recuerdas, pero yo sí. “Ab imo pectore amo te...” Tú nombre iba al final; pero no lo voy a poner. Intento olvidarte después de todo.

¿Y querías alguien inteligente?

Tú,  la inspiración de bella voz. Yo, Tántalo, el titán condenado para toda la eternidad a una tentación que no puede tener.
Tampoco me sorprendería si no lo recuerdas.
Es una historia que pensé para nosotros. No, claro que no. Nunca lo escribí; hubiera sido un pecado hacerlo, pero lo susurré a tú oído, escribí pasajes en tu mano, los vivimos cada uno por nuestro lado. El escenario principal fue la oscuridad de nuestro curso; la frialdad de tu banca y el café de tus ojos.
Cuando creía estar cerca de ti, pasaba algo y salías de mi alcance. Lo que me hacías sentir, siempre me inspiraba a escribir las cosas más sombrías... Curioso; pues la mayoría del tiempo sentía exactamente lo opuesto por ti; siempre te quise. Aquellas dos situaciones se repetían sin cesar una y otra vez. Todos podían ver claramente la monotonía, menos los personajes, menos nosotros.
Tú y yo fuimos una más de mis historias, mi favorita si me preguntas. Aunque suene ilógico.

¿Y querías alguien visionario?

Siempre estaba ahí cuando necesitabas alguien con quien llorar; con quien desahogarte, a quien decirle que el nosecuantino es un idiota. Por ti hubiera frenado el infierno de ser necesario. Aunque se que no hubiese podido pero suena bonito...

Cuando no sabías qué hacer, cuando debías tomar una decisión, o simplemente cuando estabas aburrido, era yo quien susurraba a tu oído que faltaras a clase, que copiaras en la prueba, que falsificaras la firma, o que lo haría por ti.

¿Querías un caballero en armadura brillante o querías un ladrón envuelto en sombras?

Decidí que sería todo para ti. Y sin embargo, todo lo que tú veías en mí, era un juguete, ¿no?

Terminé sin ser nada, pero fue una historia divertida, que tal vez algún día escriba y que ahora quiero olvidar.

Espero que encuentres... lo que sea que quieres.... 

- Nada personal... cuestión de literatura -