jueves, 15 de agosto de 2013

INFANTIL...



Hace un tiempo atrás... probablemente la gente solía verme como alguien infantil. Como un jovencito que disfrutaba de correr a través del pasto , un jovencito que creía en cuentos de hadas, que soplaba detrás de un plástico para ver cómo majestuosas burbujas se marchaban por el cielo, entre las nubes.

Esos no son mis recuerdos, porque yo no era la gente. Yo no sé qué pensaban realmente, pero seguramente me veían así; infantil, diferente, bastante retraído, solitario.Pero seguía siendo infantil.

Las cosas no eran tan así. Nunca fui tan infantil, ni tan risueño, ni tan feliz.  No creía en cuentos de hadas, creía en la magia. Y no era tan simple como soplar un plástico; era el arte de soplar con tal suavidad que la tela de jabón aguado no se rompiera, el arte de aquellas burbujas nadando por un mar llamado cielo.

Me pregunto, ¿qué cambió?
Mi cuerpo, ¿mi forma de pensar? No cambió nada en mi rostro, excepto que mis ojos aprendieron a brillar. No cambió nada en mi rostro, excepto que un par de besos furtivos se posaron en mis labios, haciendo que esas mismas mariposas que tanto me gustaba observar, revolotearan dentro de mis sentidos. :)

Pero las cosas nunca fueron como los demás creían que eran. No podían verme realmente, no sabían qué ocultaba. No podían ver a mi padre, o las discusiones con mi madre. No podía ver mis miedos, ni el porque de mi deseo de volar. No podían entender, y como era nuevo, les asustaba. Pero era más simple llamarlo así; infantil.

Probablemente lo sigo siendo. Sigo siendo tan infantil como antes, pero ya no hay tanto miedo. Sigo siendo tan infantil como antes porque en cada cosa que hago pongo todo de mi. Sigo siendo infantil porque sigo adorando las cosas simples de la vida, como un pétalo, como una mirada de quien amo, como una palabra de mis amistades. Probablemente sigo siendo infantil, inmaduro, rebelde, porque no me cuadro con los demás, ni me encierro en sus limitaciones.

Seguramente a escondidas, aún me llaman niño. Aún me llaman niño y no hombre ni adolescente. Y quizás estén en lo cierto. Quizás siga siendo un niño, porque me gusta jugar y darme cuenta de aquellas cosas que los grandes no pueden ver, porque están ciegos.

Aunque ya no juego lo que jugaba antes. Ya no juego a las escondidas, o al trencito como cuando iba a la casa de mi abuela. Ahora juego con otro tipo de juguetes, como muchos o casi todos lo hacen, ahora juego a otras cosas, como a mezclarme entre la multitud y querer pasar desapercibido. Ahora juego y manipulo todo a mi manera, como yo quiero que sea. Mi punto de vista nunca ha cambiado, porque simplemente nunca me quedé ciego.

Tengo los ojos tan abiertos y la mente demasiado avanzada. Y a veces me pregunto, de qué le sirve a los genios mayores tener la mente demasiado avanzada, si sus ojos están demasiado ciegos...

Sigo siendo infantil. Me gusta jugar, reír, apreciar las cosas desde mi punto de vista y sentirme querido. Me gusta hacer las cosas como quiero, madurar a mi manera y volverme sabio cuando lo deseo. Sigo siendo infantil porque así la magia de vivir sigue existiendo.

Si dejara de ser infantil, acaso, ¿tendría sentido todo? Claro que no lo tendría, porque cuando dejas de ser infantil las cosas se tornan demasiado agrias, y a mí no me gusta ese sabor. Prefiero probar el dulce y degustar el salado a mi manera, prefiero dedicarme a ser yo mismo sin ocultar lo que me compone.

Pero entonces si ser infantil es ser igual o parecido a la mayoria de gente práctica que hay en el mundo... Pues Sigo siendo infantil, y eso hace que pueda querer y odiar con sinceridad. Sigo siendo infantil, y por eso puedo seguir teniendo amigos.sigo siendo infanti por que creo en las personas, sigo siendo infantil por que me acuerdo del mínimo detalle de todos los pocos minutos que pase a tu lado... sigo siendo infantil por que a pesar que te esfuerzes en hacerme sentir mal yo te quiero... sigo siendo infantil!

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