domingo, 15 de septiembre de 2013

CELOS...



Los celos, ¡que daño hacen al amor!, las parejas los sufren, los celos son su veneno, lo matan, muy lentamente, porque el que los tiene, el que los siente, refleja en el otro su dolor, el dolor de su inseguridad, de no saber amar, porque los celosos desconfían de los demás, y de sí mismo, carecen de personalidad, no saben amar, son egoístas, quieren a su pareja dominar, quieren meterla en su cárcel, entre sus rejas, limitando su libertad, pero eso es imposible de conseguir, esas rejas son tan fuertes que a la persona amada pueden consumir, porque…, añoran su libertad, su libertad de salir y de entrar, sin tener que dar explicaciones, sin cuentas dar de lo que ha hecho, porque, si se les exige esas cuentas, pueden engañar, aunque no hayan hecho ningún mal al amor que preso lo tiene, que no lo deja ni respirar, ni salir, no puede divertirse con tranquilidad, ni con su amor ni sin él.
Con él, porque no puede moverse ni hablar con los demás, siempre vigilado está, haga bien o mal, no puede alternar, sin esa rémora que siempre detrás de él está, que lo vigila, lo coarta, y lo maltrata, limita sus movimientos, y, al final, todo termina en que los dos amargados están.
Sin él, otra historia es, pero la intranquilidad de no saber como va a reaccionar esa persona que espera, según la hora a la que vaya a volver, hace que no disfrute de nada lo que la vida le da, sabe que retornará a ese infierno de infelicidad, sabe que explicaciones le pedirán, y sabe que, conteste lo que conteste, nada de lo que diga será verdad, para la persona que lo quiere dominar, por siempre, sea bueno o malo lo que cuenta, lo mismo dará, el demonio de los celos aparecerá, entre ellos se instalará, como siempre, y ambos descontentos quedarán, el uno por no creerse lo que le cuentan, y el otro, por la amargura de saber que, nunca, nunca, en paz estará, porque, pase lo que pase, los celos jamás terminarán de sus relaciones amargar.
Las personas celosas son muy difíciles de curar, no hay medicinas para este mal, sólo que consigan superar la inseguridad que sienten, porque ese sentir es que no se quieren ni a sí mismo, ni a los demás, y mientras esa inseguridad no pierdan, no la superen, y sepan confiar en el amor que su vida comparte, respetar su libertad, aceptar su sinceridad, no van a salir de este mal, que les consume, a ellos y a los demás, y que con su vida de amor, pronto o tarde, acabará.
No seamos celosos, aceptemos a nuestras parejas como son, pueden ser mejor o peor, pero si en ellos confiamos, sabremos que el amor, en su libertad natural, sin trabas que le impidan vivir en plenitud, y con respeto hacía los demás, nunca, nunca, jamás, nos engañará; porque si engañarnos quieren, cualquier oportunidad pueden aprovechar, sin que a la otra persona le rinda cuentas, y así, la persona celosa feliz vivirá, en la mentira, porque ella sola se busca, que la mentira le digan, para así, los dos, vivir en paz, pero ocultándole la verdad, ese es el resultado que los celos dan, y que la vida de pareja pueden matar.

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