martes, 19 de noviembre de 2013

DESENCANTO



Aquí estoy de nuevo. Recogiendo las miserias que va dejando señor o señora desencanto, las lágrimas sorbidas una a una en medio de algún paradigma que me hizo sentir; llegaba a una atalaya, donde  mirar pudiera la vida escrita en peldaños, parajes, hojas de un diario o de un libro cuyas páginas relataran mi historia.

Esta carta es corta, muy corta, porque mucho más que de tristezas, nostalgias, amarguras, melancolías, silencios y soledades, no se puede escribir en medio de este desasosiego, que resulta de la verdad tantas
veces pedida y al fin declarada

Qué se puede decir ante la verdad presentida? Nada! Sólo seguir el camino que se tiene delante y no volver la vista atrás, porque ya no hay atrás, fue borrado de un trazo.

Así que estimado desencanto, queda usted colgado en el perchero de la ausencia, cuando antes era la esperanza la que colgaba en el otro perchero, en el de la espera, en el de la ilusión, en el del amor...



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