Hoy dormiré pensando en ti, no por un amor profuso ni por una pasión desbordante. Dormiré pensando en la batalla vencida de un corazón consumido, en la victoria del adusto raciocinio que me obligó a caer ante tu sonrisa.
Hoy dormiré pensando en ti, no por una conspiración profética para amarte, no por la ancestral trama de amor arrebatado y romance embelesador, ni siquiera por el afable agrado o el deleite que me causa tu compañía, duermo pensando en ti porque no tengo opciones para evitar la pesadumbre de un amor inacabado y falto de sobriedad.
Pensaré en ti porque lo mereces, porque cada vez que duermo pensando en quien quiero que comparta sus días conmigo quebrantó lo poco que queda de mi. Pensaré en la resignación, en la entereza y en el vacío que me embarga por no poder estar a tu lado para sonreír juntos y quizás también para llorar juntos. Cubriré cada ápice de tristeza con cada una de tus irrupciones en mi pensamiento, con cada beso apócrifo que suministre integridad a mi existir.
Hoy dormiré pensando en ti porque quiero mentirme dulcemente, porque siento que te quiero más que siempre y tu recuerdo me quebranta con una lentitud interminable y torturadora.
Te ofrezco mis pensamientos está noche, te los entrego eternamente si es necesario ¿podrás fingir conmigo? ¿Querrás disfrazar mi amor entumecido con los sucios ropajes de un engaño? Se que te gusto... lo siento así... pero no solo es necesario eso...
No te detengas entonces, mintamos y actuemos en este escenario de hipocresía estimulante, de farsa provocadora y por ahora simplemente seamos amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario