domingo, 10 de noviembre de 2013

QUISIERA...



Como quisiera estar ahí en este momento, contigo a tu lado y poner mi hombro para que apoyes tu cabeza o mi pecho para que recuestes tu rostro en el y llores todo lo que quieras... no me molestaría en lo absoluto, o simplemente caminar a tu lado y que me hables en un murmullo de tus besos, pero no digas de ellos demasiado, sólamente me gustaría que me cuentes lo necesario, aquello que haga despertar en mí las ganas de conocerlos. 

Que me digas, por ejemplo, si tus besos tienen un color especial, si tus besos de lunes son iguales a los del jueves y del viernes. 

Que me cuentes si tus besos son de hielo o capaces de derretir al mismo sol.

Estar ahí... los dos juntos abrigados por el fuerte viento de Chiclayo y que aproveches el tiempo y me cuentes si cuando besas, dejas tu alma en cada beso, y si en tus besos nocturnos te esmeras tanto como un artesano en sus obras. 

Estar ahí con mi brazo extendido y con una de mis manos agarrandote fuerte el hombro, como si tuviera miedo de perderte y así... caminando te preguntaría  ¿Es verdad que el sabor de tus besos dura para toda la vida? 

Me detendría en el camino y así como ahora me inspiraría y te diría: Dicen que pintaste con tus besos los cielos de París, dicen que hasta lograste oscurecer las estrellas con uno solo de todos tus besos. No sé cuán grandes sean los cielos de París, ni si las estrellas brillan tanto, pero a mí me alcanza con que tus besos despejen algunas nubes de mi primavera y prendan las luces donde otros las han apagado.

Créeme que creeré en cualquier magia que digas que tus besos hagan; que puedo creer que tus besos alcanzarían para alimentarme el resto de mis días. 

Si has llegado hasta aquí, sin conocer mi boca, podrías llegar más lejos aún, sin siquiera extrañarla....

No estés triste pescadito!!! ... Te quiero!

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